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El equipo ha caído en segunda ronda de la copa nacional.

En los últimos minutos del tiempo reglamentario, con un 1-1 en el luminoso y, cuando todos creíamos que veríamos una prórroga de infarto, llegó la expulsión de nuestro delantero Václav en el minuto 88.

Como bien reconocía el entrenador del equipo -"Animicamente la expulsión nos dejó muy muy tocados. Estábamos haciendo un buen partido. Tratamos de mentalizar al equipo de que podíamos conseguirlo, aun con todo en contra, pero finalmente no pudo ser."-

El técnico pidió disculpas a su afición, autoproclamándose como el único responsable de la derrota.
Pese a todo, reconoció que la copa no era el objetivo de su equipo -"Sabíamos que, hoy por hoy, la copa no es una competición para nosotros. Aún así siempre es doloroso perder, y máximo ante un rival al que podríamos haber ganado.
Tenemos que sacar una lectura positiva, y esta es que podremos centrarnos al 100% en la liga, que este año estará muy disputada y será importante el llegar lo más enteros posible a la recta final."- manifestó.

En su regreso al aeropuerto de A Coruña, para posteriormente subirse al autobús del club para regresar a la ciudad de Lugo, el vehículo del equipo tuvo unos problémas mecánicos que retrasaron la salida del equipo del aeropuerto.
Mientras tanto, los jugadores, con cara de pocos amigos debido a la derrota, vieron como algunos aficcionados, asentados e la ciudad herculina, decidieron ir a transmitir su total apoyo al club y jugadores. Algo impropio tras una derrota como esta.
Algunos jugadores como el capitán Mateush Boshko, Egoitz Irazábal, o el lucense Moisés Moreu, e incluso el entrenador Jonathan, decidieron irse con la afición a una de las cafeterías del centro aeroportuario, como agradecimiento al caluroso recibimiento de estos aficionados.

Finalmente, el autobús pudo volver a ponerse en marcha hasta llegar a Lugo, donde toda la plantilla descansa ya hasta su próxima cita.

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